Hoy, en el día de mi cumpleaños, quiero recoger ese sentir que de algún modo me hace reclamar lo que a veces echo en falta, añorar lo que a veces deseo y así en cada situación y con cada persona.
Ser inteligente ya es hasta algo vulgar por lo cotidiano del asunto... lo verdaderamente revolucionario es el amor al trabajo, la voluntad, la mesura imparable de tus movimientos.
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