Images

Regeneración democrática



La reunión nacional de jueces decanos de España nos ha dejado unas reflexiones muy interesantes. En el escrito final responden con meridiana claridad a muchos reclamos de la sociedad. Ellos entienden que también es su responsabilidad señalar aquello que pueda mejorarse en la Administración de Justicia. En ese sentido, recalcan la insuficiencia de jueces y de recursos. La sociedad demanda celeridad en la tramitación de las causas. Plantean la revisión de los aforamientos aunque no citan que la mayoría son de jueces y fiscales, y no de políticos como suele etiquetarse. Un indulto solo podría otorgarse si existe un informe favorable del tribunal. Se propone la tipificación de nuevos delitos en el Código Penal y que se amplíe el plazo de prescripción de los delitos de corrupción. En definitiva, se pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas de regeneración democrática. 

El mayor reparo de estas propuestas es la acción: “afrontar en nuestro país”. ¿Quién está hoy en condiciones de afrontar algo en España en el ámbito político? Nadie y si hay alguien, estará guardando fuerzas para después de las elecciones. Prepararse para inminentes gobiernos inestables ha pasado a ser una prioridad en detrimento de la regeneración política. Los jueces decanos proponen medidas para salir a flote sin tener en cuenta, me parece a mí, que el estado de la política es tanto o más delicado que la situación de la justicia. Llevamos muchos comicios hablando de los peores resultados hasta la siguiente cita en que éstos vuelven a tocar fondo. Por lo menos, ya hemos elegido con quién queremos irnos a pique; lo haremos de la mano de Podemos. Regeneración democrática y comunismo son incompatibles pero no hay voluntad popular de entender este hecho (tantas veces comprobado en la historia). Hasta que la ola de comunismo que inunda España amaine, dentro de vaya usted a saber cuánto, no podremos seguir trabajando para mejorar las cosas.
Images

El Papa, cual diablo

La adaptación al cambio no es un tema baladí. Si además los cambios son referidos a la Iglesia, el tema se torna todavía más complejo. Los jesuitas siempre han sido punta de lanza de la Iglesia Católica en España. Ahora vemos que, aun siendo el Papa un jesuita conservador, también son punta de lanza en el mundo entero.El enfado de sus detractores da buena cuenta de ello. No dudarían un instante en afirmar que son, más bien, la punta de la lanza que atravesará y destruirá la institución. 

Iglesia no hay más que una, qué duda cabe. Sin embargo, unos se comportan como hijos de su tiempo y otros como hijos de un siglo pasado. Esta situación escenifica dos iglesias. La real, terrenal, con una fe en acción, en la que a los divorciados y homosexuales no se les interroga antes de comulgar, donde mujeres ayudan a dar la Comunión, etc. Y la ideal, divina, con una fe expuesta en vitrinas, en constante litigio sobre el sexo de los ángeles , que hace declaraciones y publica epístolas que bien podrían pasar por puñales. Así se halla parte de la organización jerárquica, inmersa en discusiones bizantinas, desbordados por un papado que les viene grande.

Era de esperar cierto desconcierto o que determinado sector se mostrara reacio y pobre a la hora de disponerse a cambios. Lo que no era de esperar es aferrarse al pasado cual fanáticos y fundamentalistas, sembrar el odio y mancillar el nombre de Francisco. Tras seguir diferentes medios que se erigen en jueces y luz verdadera ante el pontífice calamitoso -dicen ellos-, puedo decir que es lo más miserable que he visto en mi corta vida. Aquí un ejemplo: “Es lícito desear al prójimo un mal físico bajo razón de bien moral. La muerte es un mal físico, no un pecado. Al desear la muerte del prójimo, queriendo siempre su salvación, se realiza el odio de abominación que puede ser acto de caridad”¹. Ahora entiendo mucho mejor la confesión del Papa: “reza por mí, la derecha eclesial me está despellejando”².



"Hay personas que quieren que este Papa se vaya o incluso se muera cuanto antes"
Entrevista al Doctor en Derecho Roberto Bosca.
1) El "odio bueno"
Infovaticana
2) ¿Desacralizar el papado?
José Ignacio González Faus SJ