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La lealtad

Hace unos días en uno de esos descansos en los que ojea el periódico me encontré con esto. Tuve que sentarme derecha, apartar el café y leerlo detenidamente. A continuación "copio y pego" un extracto de la columna de Francisco Chavanel en el Canarias7, publicado el 18 de diembre. Una perla.

Por lo general la gente valora la lealtad como una cualidad extraordinaria pero son pocas las personas que la practican. En un mundo donde los cambios son su principal motor nada permanece exactamente igual, tampoco la lealtad. Uno puede ser leal a otra persona u a otra organización durante un cierto tiempo y serle desleal al minuto siguiente al variar las circunstancias del acuerdo inicial. Ser leal desde el principio al final requiere ser protagonista de riesgos inaccesibles para la mayoría de los mortales. La lealtad te une a un yunque insuperable de modo que si las alianzas funcionan tú ganas, pero si ocurre lo contrario pierdes para siempre.

Por lo tanto, lo natural es ser desleal. Es lo instintivo para salvar la piel. Lo habitual es serpentear. Decir una cosa y mañana otra. Y pasado mañana otra diferente. Y dentro de diez años atacar lo que defendiste como un soldado. Las hemerotecas están llenas de actos desleales que, sin embargo, son coherentes si analizamos el momento en que se hicieron. Eso ocurre porque lo fundamental no es ser leal sino parecerlo. En la apariencia se refugian los mayores pecados de los analistas, seguros de que los datos que poseemos, o que la intuición que creemos tener del personaje, no permitirá engañarnos. Y así nos equivocamos como verdaderos idiotas.
El sentido de la lealtad no es un valor al alza. Al contrario, gobierna el posibilismo, la prisa, y el ansia por ser alguien que tú no eres. Para en la vida pública ser leal tienes que ser primero fiel a tus ideas. Tendríamos qué preguntarnos cuántos prohombres que conozcamos tienen auténticas ideas propias sobre algo. Y cuando las tienen, cuántas veces las alteran por otras como si cambiaran de camisa. Nos hemos acostumbrado a que cada mañana un ejército de políticos, empotrados en lo público como lapas, nos suelten sus discursos sobre esto o lo otro. Acaparan los medios de comunicación con sus palabras, sus pensamientos, sus ideas. Da igual de quién hablemos pues la mayoría actúa de forma mimética. Es dificilísimo encontrar en medio de la selva de tanta palabra una frase distinta, afortunada, que describa una situación cualquiera con un mínimo de precisión o talento. Si ocurre enseguida salta la alarma y comparamos esa alocución de ahora con otra de otro momento, donde se dijo lo opuesto. Todos los miembros de un partido dicen cosas similares. Al que no lo dice se le aparta y se le considera inútil y, para evitarlo, por lealtad a la supervivencia de uno mismo, entra en el juego y se lee cada mañana los argumentarios que unos «supersabios» le escriben a sus respectivas hordas en la noche anterior.
Hemos visto a las izquierdas adoptar decisiones típicas de la derecha –bajada de impuestos, confabulación con los bancos, hundir los recursos públicos en operaciones especulativas de alto riesgo–, y a las derechas abrazar el marxismo como si fuera una máquina del sexo –subida de impuestos, intervención de bancos, intervención del mercado eléctrico–. Hemos visto a los progresistas radicalizarse cuando los votos se iban por la izquierda –dación en pago, manifestaciones anti Wert y anti reformas laborales–, y a las derechas aproximarse hacia lo extremo cuando los lobbys que amamantan les piden cuentas a voces –ley del aborto, privatizaciones de hospitales, enseñanza con sabor a carcundia inquisitorial.
En cuestiones de corrupción hemos visto a las izquierdas actuar con absoluta «lealtad» con la mentira. Primero lo han negado; después, cuando aparecen las pruebas, le echan la culpa a una persecución política, y cuando ya no hay nada que hacer, tratan de domeñar la voluntad de la Justicia. La derecha hace exactamente igual, incluso con mayor sevicia: pone todo su interés en tratar de salir indemne aunque el cuerpo del delito esté en el escenario, y el puñal que le arrancó el corazón en la mano del asesino.
Las grandes palabras han desaparecido. Verdad, honestidad, honradez, ética, amor, lealtad. Su uso absorbente las ha invisibilizado. Ya no se sabe qué significan. Un hombre que dice la verdad no la dice todo el tiempo. Ni se es honrado en todos los momentos de existencia. Ni se ama a las mismas personas una vida completa. Ni se es leal a una empresa, a un sindicato, a un partido político, salvo que confundamos lealtad con estar muy bien pagado.
Ese enorme retratista del alma humana que era Shakespeare decía que la lealtad tiene un corazón tranquilo… Ya no. Antes los hombres tenían una sola palabra. Incambiable e irreemplazable. He firmado unas cuantas promesas, incluso contratos, sellados con mi palabra. Casi siempre me engañaron. Al final tu lealtad se queda en casa, con tu mujer, tus hijos, con lo que está cerca de tu piel. Y esto se parece mucho a las enseñanzas de  Coppola en El padrino. Las otras lealtades duran justo el periodo que ambas partes decidamos. Nada me gusta más que disfrutar de ese corazón tranquilo que te da la lealtad, pero si estás tranquilo no estás alerta, y si no estás alerta te la clavan.

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Divulgar la política

Columna de opinión en el DiariodeAvisos con motivo del Día de la Constitución.


          La política no es una ciencia ni lo pretende. Sin embargo, llegados a cierto extremo, puede que tengamos que dedicarnos a la divulgación política. Difícilmente nos podremos dedicar a la ciencia, la cultura, la justicia, la sanidad o la educación sin la más mínima confianza en nuestro sistema democrático. Debemos valorar lo que tenemos. Ser generosos, suficientemente desprendidos y reconocer que en el camino hacia el bien común están presentes todos los colores políticos. Hacer el esfuerzo que todo entendimiento entre adversarios requiere.

La Constitución que hoy conmemoramos supuso el auge de muchos de estos valores, parece mentira que siendo parte de nuestra historia reciente los hayamos olvidado tan pronto. 

          Es muy difícil disfrutar de una paz social y unos debates moderados si se toma el desprecio hacia el sistema como modo de estar en la sociedad. La corrupción es uno de los principales problemas pero la fama de la corrupción está sobrestimada. No quiero decir con esto que esta lacra deba ser minimizada ni que no haya que combatirla con todos los medios. Ahora bien, descalificar al conjunto de la política demuestra un alto desconocimiento y desdén hacia el servicio loable y entregado que prestan muchas personas. Antes de político se es ciudadano; y antes se es persona. Si hubiésemos reflexionado desde el principio sobre el por qué se corrompen las personas hoy quizás no estaríamos crucificando a partidos políticos, ni a sindicatos ni a tantas otras organizaciones. Y hasta aquí hemos llegado, unos incitando a la desobediencia y otros a la destrucción del sistema en lugar de trabajar por la regeneración. La mayor condena por los errores de los partidos de este país la van a pagar sus militantes y simpatizantes, esas personas inocentes que no vivirán días suficientes para restablecer nuevamente la confianza y el buen hacer que se han llevado unos pocos por delante.

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Actuación de ciclista en caso de incidente con automóvil

ACTUACIÓN EN CASO DE INCIDENTE EN CARRETERA CON AUTOMÓVIL

Les facilitamos el proceso de ejemplo de un incidente real, existente en la GC500 en la isla de Gran Canaria entre un ciclista y un automovil (taxi). Se omiten nombres.La sentencia es del 5 de noviembre del juzgado número 1 de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), teniendo lugar el incidente el 16 de octubre de 2013.

CARTA DE UN CICLISTA

El motivo por el que quiero hacer pública esta sentencia, no es otro que advertir a profesionales y todos los usuarios de las carreteras, de que se haga un uso cívico y responsable de las mismas, ya que todos tenemos derecho a circular por ellas, y el mismo derecho a que se nos respete. Rara vez se consigue un fallo como este, y a continuación explicaré los pasos que seguí desde que ocurrieron los hechos hasta la publicación de la sentencia.Además, debo destacar que en un principio, antes de tramitar la denuncia, tanto amistades como profesionales en la materia me repitieron constantemente, ¨eso no va a llegar a ningún sitio¨.

BREVE RESUMEN DE LOS HECHOS (ver sentencia)

Mientras circulaba con mi bicicleta por la carretera sin arcén, un taxi me adelanta sin respetar la distancia de seguridad. Después de soportar el rebufo, le increpo la acción, verbalmente y levantando el brazo. Seguidamente el taxista aminora la marcha para ponerse a mi altura y se inicia una discusión, con intercambio de insultos y amenazas de querer tirarme de verdad. Mi sorpresa fue cuando dio volantazos hacia la derecha impidiendo mi trayectoria y con su claro objetivo, que no era otro que tirarme y gracias a mi habilidad no lo consiguió.Toda eso fue visto por un testigo que circulaba detrás nuestro.Estos hechos ocurrieron en la carretera GC 500 sentido barranco Balito hacia Puerto Rico.

PASOS A SEGUIR

Una vez que ocurren los hechos debemos tranquilizarnos, ser conscientes de lo que ha pasado y recopilar los primeros datos:matrícula, licencia, tipo de vehículo así como testigos, etc.

PRE-DENUNCIA

Con esos primeros datos y antes de tramitar la denuncia ( no hay prisa, puede ser al día siguiente ) de motu proprio debemos enriquecer esos datos, tanto del denunciado como del o los testigos con el fin de facilitar a la Policía / Guardia Civil su trabajo en la identificación del denunciado y el testigo.
AVERIGUACIONES COMO:
Nombres o apodos, descripción física, modelo del vehículo.
Yo aconsejo con todos esos datos, hacer en casa un borrador para posteriormente hacer la denuncia.

LA DENUNCIA

Con ayuda del borrador haremos la denuncia donde corresponda (vias urbanas policia local, interurbanas Guardia Civil), exponiendo de una manera clara y concisa todo lo sucedido y con todas las averiguaciones por si nos la pidieran y poner datos fundamentales como:

-Fecha,lugar, hora del suceso, nombre de la vía, características y estado de esta (si tiene o no arcén), sentido, tramo ascendente/descendente,punto kilométrico...

Es fundamental poner todos esos datos para una posterior valoración y que no quede en “saco roto.” Y para una posterior elemento de investigación y prueba por las autoridades competentes.

Insisto en que es fundamental poner todos los datos y detalles con los que contamos. Por ejemplo, al valorar ¨la distancia de seguridad¨ en los adelantamientos. También a la hora de valorar el tipo de vía y punto kilométrico ya que -no sería igual si fuese tramo urbano (no hace falta distancia) o interurbano ( mínimo 1,5m) como bien indica el artículo 85.4 del Reglamento General de Circulación:
4. Cuando se adelante fuera de poblado, a peatones, animales o a vehículos de dos ruedas o de tracción animal se deberá realizar la maniobra ocupando parte o la totalidad del carril contiguo de la calzada, siempre y cuando existan las condiciones precisas para realizar el adelantamiento en las condiciones previstas en este Reglamento; en todo caso, la separación lateral no será inferior a 1,50 metros. Queda expresamente prohibido adelantar poniendo en peligro o entorpeciendo a ciclistas que circulen en sentido contrario.

Nota : Viene bien estar informado y recordar a la comunidad ciclista del artículo 88 del R.G.C.
1.Cuando en un tramo de vía en el que esté prohibido el adelantamiento se encuentre inmovilizado un vehículo que, en todo o en parte, ocupe la calzada en el carril del sentido de la marcha, salvo que la inmovilización venga impuesta por las necesidades del tráfico, podrá ser rebasado, aunque para ello haya que ocupar la parte de la calzada reservada al sentido contrario, después de haberse cerciorado de que se puede realizar la maniobra sin peligro. Con idénticos requisitos se podrá adelantar a conductores de bicicletas, ciclos, ciclomotores, peatones, animales y vehículos de tracción animal, cuando por la velocidad a que circulen puedan ser adelantados sin riesgo para ellos ni para la circulación en general.
En dicha denuncia podemos aportar: informes, parte de lesiones, así como valoración de daños materiales, en caso de que los hubiera habido, para así poderlos reclamar. En la consciencia de cada uno queda, reclamar un daño que nunca lo hubo y fingir o hacer un fraude ya eso es una decisión personal y moral. En este punto cabe recordar que la denuncia falsa es un delito que esta penado en el ordenamiento jurídico español.

En mi caso, yo lo único que recriminaba era la conducción temeraria, con el valor añadido, de que quien lo hizo fue un imprudente profesional del volante en la carretera. Pienso que su actitud y conducción debiera ser un ejemplo para el resto de usuarios de las vías.

Quiero aprovechar para agradecer a ese pequeño grupo de personas que me apoyaron en esos días de tensión, así como al testigo, que como le dije personalmente, cumplió con su deber de ciudadano.
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Hipocresía en las fronteras

Hablemos de fronteras, ni siquiera de vallas. Hablemos de los derechos y deberes de ciudadanos y extranjeros. Sin demagogias ni visiones florales. Sin querer ganarnos el favor de nadie.
Sin llorar frente a una valla que lleva ahí muchos años y que ha continuado con los gobiernos de PSOE y PP pero que ahora y con una cámara delante le causa verdadero sentimiento a la socialista Elena Valenciano. ¿Se puede ser más falsa? ¿se puede ser más populista?    
                            
Estas actitudes sin escrúpulos desprestigian tanto o más la política como no cambiar de parecer ante el clamor acerca de las cuchillas en las vallas que amenaza la vida humana.                                     

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Abran paso


            Doy gracias por la generación a la que pertenezco. A pesar de la visión pesimista que yo misma tengo a veces, doy gracias por los momentos políticos y económicos que nos han tocado. Tenemos la oportunidad de vivir in situ una difícil época y aprender de ella todo lo que podamos.  A pesar de las luchas políticas y el sufrimiento de tantos, no alcanzo a imaginar otro escenario en el que hubiéramos podido cultivarnos y crecer como personas tanto como ahora. Eso sí, dando por hecho que todo servirá para algo. Esta premisa será la que marcará la diferencia entre ser una generación perdida o no serlo. Estas bofetadas llamadas realidad social, que ya duran años, están escribiendo la Historia de España. Nosotros, ni adolescentes ni adultos con grandes cargas ni excesivas responsabilidades, estamos en una posición privilegiada. Somos testigos de los problemas y formamos parte de la solución.
           Siempre hay quienes no cesan en su oficio de arremeter contra el sistema. Señalan continuamente hacia fuera y argumentan que la gente, los de aquí, no encajan bien en el actual sistema. Lo cierto es que yo pertenezco a ese ente que muchos culpan. Mi generación, las anteriores y las posteriores, también pertenecen al sistema. Y así seguirán las cosas. Todos pertenecemos a esta democracia, el mejor (o menos malo si lo prefiere) sistema político que se haya conocido jamás.

          La opinión pública debe hacer el esfuerzo por no cargarnos a nosotros y a la prole venidera con la misma desconfianza y  desapego hacia la política. Es una injusticia negar el hecho de que otros llegarán. Vendrán otros tiempos y otros políticos, la regeneración política será realidad… algún día. El primer paso es entender la grave responsabilidad al ejercer nuestros derechos, concretamente, el derecho a voto. Empecemos por erradicar lo que se puede considerar una lacra social, la abstención.

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Si no lo veo, no lo creo.

Qué día tan políticamente correcto.
Toda una sociedad intentando comprender a los que defienden que un año por muerto es suficiente condena y a los que hablan de reinserción en la vida de quienes no dudaron en arrebatársela a otros.
No alcanzo a imaginarme la impotencia y el desgarro de quienes en breve verán a los malhechores de sus familiares en libertad.
¿Y la problemática social y política que esto generará? ¿O es que alguien duda que estas personas serán recibidas como héroes?
Encima les pone el enaltecimiento del terrorismo en bandeja.
Encima la sentencia de Estrasburgo osa a condenar a España a una indemnización de 30.000 € por daños morales a una etarra condenada a más de 3.000 años de cárcel por 24 asesinatos.
Por daños morales, encima.
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La temeridad de motivar al mediocre

Siempre han existido las citas célebres o máximas, que digo yo que se llamarán así porque son pensamientos de personajes célebres con una trayectoria que los avalan y le da esa connotación de idea elevada o sabiduría, pero eso suena aburrido y además es historia. Hoy en día lo que transmite es la sabiduría barata, la psicología barata o de autoayuda es la que llega. Un ejemplo muy sencillo es detenerse en la librería de El Corte Inglés y comparar el espacio que ocupa la sección de Autoayuda en relación a otras disciplinas, comprobarán que el espacio de esta pseudociencia es mayor.

Las frases motivadoras y esperanzadoras que nacen de no se sabe dónde, ni se sabe de qué iluminado provienen, quizás de un sabio, quizás es copia de copia de un sabio, quizás es de un nota que filosofaba mientras se fumaba un canuto, quizás -yo apuesto por esta- es de un anónimo del montón como tú o como yo, se supone que tienen que “llenarnos” de alegría y felicidad, contagiarnos de buena onda hasta tal punto que si empiezas a dar los buenos días y las buenas noches en Facebook, en Whatsapp, etc. con semejantes tonterías tu vida cambiará. En eso les doy la razón, la vida te cambia, aparte de perder la personalidad por completo, desde fuera -me incluyo entre los que tienen todavía un pie en el mundo 1.0 pegado al suelo- dice muy poco de quienes las toman como referente, máxime teniendo en cuenta que hay personas cultas y referentes dignos de esa función.
Sin embargo, de entre toda la amplia gama de pensamientos positivos los que más son para decir “apaga la luz y vámonos” son los relacionados con el potencial de cada persona.


“¡Un genio!
¡He practicado catorce horas diarias
durante treinta y siete años
y ahora me llaman genio!”
Pablo Sarasate


        Creerse que se puede alcanzar todo lo que uno se proponga es una de las mayores memeces de la época que me ha tocado vivir. La dignidad de la persona y su valor debe ser central siempre pero es muy discutible el lugar secundario que se le está dando al esfuerzo o la dedicación ante la avalancha de campañas de motivación y pensamiento positivo.
Una memez es decir 10 veces “persigue tus sueños y lo conseguirás” y no haberle dedicado un tiempo de calidad a discernir qué aspiras, qué ganaran otros con ello… ¿O es que aquí solo se trata del éxito personal? Y ya ni hablar de plantearse si crees que vales para eso, no lo que piense, diga o patalee tu entorno sino uno mismo. Es pedir demasiado, pedir pensar y profundizar por norma, parece que es pedir demasiado.
El pan de cada día es dar lecciones de vida de cómo alcanzar no se sabe qué, llegar a no se sabe dónde, triunfar obviando la mayoría de las veces los obstáculos y fracasos de todo camino  y todo gracias a la sobrevaloración de uno mismo: porque yo lo valgo.
Disculpa, no te quiero ofender pero probablemente no seas un genio, por supuesto, yo tampoco. Somos de perfil medio, lo que ocurre es que ya es tan sumamente grande el montón de la mediocridad, que ya son los propios mediocres los que sirven de inspiración a otros mediocres. De modo que donde antes existía la posibilidad de que alguien resaltara ahora simplemente se confunden más y más unos a otros. 
He pasado largo tiempo meditando qué le hace a una persona adulta y, por consiguiente, madura pensar que por inspirarse en frases bonitas resurgirá en él una alegre actitud que lo llevará a la cima y no he encontrado ninguna explicación, espero que no sea una enfermedad porque si es así las alarmas saltarán siendo pandemia. Lo único que creo saber es que mientras tanto, el resto del montón estudiamos o están pringados de cualquier otro modo. Incluso podría parecer que algunos de los que se forman saben menos que los “tocados” por tanta lucidez.
Hasta el momento a ninguno de mis centenares de amigos en Facebook, ni en ningún otro sitio que yo haya podido leer este tipo de referentes, que son la inmensa mayoría ya, se le ha ocurrido hacer referencia al hecho de que un medio, y quizás el único a nuestro alcance, para conseguir algo es estudiar.
El colmo lo encontramos en algunos foros de emprendedores o alguna entrevista en televisión (cómo no, con máxima audiencia), el que mejor recuerdo ahora mismo es el fundador del Bulli, Ferrán Adriá. Temerarios, sois unos temerarios y unos irresponsables. Cuando un señor de estos sale en la tele debería aparecer un aviso como en los anuncios de piruetas o de coches: no intentar en casa. Estas personas son genios; tú y yo, pobres diablos, no lo somos. El hecho de que alguien sin estudios triunfe es excepcional y bajo ningún concepto debería proponerse como modelo de éxito. Ese no es el camino. Evidentemente todos nos alegramos por estos casos -aislados-  pero creerse que todos llevamos dentro el mismo ADN triunfador es cuanto menos una necedad.
¿Por qué? Porque la realidad es otra y es completamente la contraria. No solo no somos cada vez más elevados sino que cada vez parecemos más idiotas. Mientras todos leemos y compartimos frases chupimegaguays de amor y amistad, los alumnos de la ESO llegan a Bachillerato sin saber sumar fracciones, un porcentaje nada despreciable de universitarios piensa que la Tierra es el centro del Universo, no abundan precisamente las personas que se paran a leer ni siquiera un artículo completo del periódico o que sean capaces de contrastar una información… ¡Pero no preocuparse!  Lea usted cuatro chuminadas convenientemente elegidas acerca de la vida y el lindo futuro que le espera si lo deseo con muchas ganas y verás cómo se endulza todo.
        Perdemos el tiempo mirando más allá si todavía no nos hemos ganado el honor y el respeto de lo que ya somos. La semana pasada pasé mucha vergüenza ajena al coincidir en dos circunstancias muy diferentes con dos recientes egresados. No es cuestión de ensañarse así que no voy a entrar en detalles, me delimitaré a tener presente que un título no te hace profesional y que la actitud que tengas no es suficiente para valer para algo. No digo que no lo vayan a conseguir pero motivarse en exceso es darle a alguien una valía que no tiene, que no ha conseguido aun o que no sabe todavía manejar. En el camino hacia nuestros objetivos ese exceso de motivación puede cruzar la línea del ridículo.


Yo misma he ido y sigo yendo a contracorriente en algunas cuestiones y me han venido a brindar apoyo tras ver que te reafirmas en tus decisiones después de haber tenido que aguantar descalificaciones, dudas y miedos proyectados de otros. Sin embargo, no se trata de eso, lo que se transmite ni siquiera llega al hecho de vivir en la sombra y hallarte ahí cómodo como una parte más del camino que es. Tan solo se vende la felicidad efímera de la cima que no conoce ni conocerá el español medio (del mundo 1.0) de cualquiera de nuestros barrios. Por lo tanto, basar nuestras actitudes y mucho peor nuestras decisiones en ilusiones no puede traer nada bueno.

         Tener expectativas es algo muy natural y lógico pero ser consciente de los dones de cada uno es conveniente. Ver cómo personas adultas se comportan como globos de helio es demasiado infantil por muy bonito que sea el globo. Yo no tengo las claves de este momento sociocultural y económico que vivimos pero tengo la certeza de que personas que se tiran peos más altos que el culo no ayudan.


Las personas naturalmente debemos buscar nuestra realización personal y profesional pero no debemos olvidar que ni todos somos líderes, ni todos somos genios, ni todos bastos. ¡Pronto queremos estar de vuelta sin ni siquiera haber ido! Se puede decir que en esta época que estamos viviendo todos los miembros del cuerpo quieren ser la cabeza.

No debemos permitir que nadie nos corte las alas pero creernos que volaremos tan alto como alcance nuestra imaginación es un gravísimo error y muchísimo más si pensamos que lo conseguiremos solos y olvidándonos de todo sufrimiento porque aun con el mejor de los talantes la vida jamás será un camino de rosas.


        Dentro de 10, 15, 20 años mi generación tendrá 35, 40, 45 y es obvio que no todos estaremos en la cresta de la ola. Lamento desde ya, una década antes, el sentimiento engrandecido de quienes arrastrados por el esplendor de que todos tenemos un gran potencial se estrellarán. Solo espero que, al menos, sepan leer y escribir porque a veces vamos de sobrados y ni eso.
           Toda mi puñetera vida me he movido –sin dejar de aprender un instante- en entornos donde personas de 30 y 40 han estado en permanente búsqueda y no puedo más que ruborizarme al ver, leer y oir cómo las personas de 20, a día de hoy, ya saben qué hay que hacer para llegar y besar el santo, cómo se atreven a indicar el camino empoderados por sus santísimos cojones y una sobredosis de motivación. Para más inri y hartazgo de los demás lo comparten mucho en los medios porque lo consideran conocimientos útiles.
        Pido a las personas que lean este artículo que de transmitir algo sea la necesidad de estudiar y formarse cueste lo que cueste. Hablar del éxito, el amor, la amistad, los objetivos y buen rollito del modo en el que se está haciendo solo conducirá a una generación de fracasados que creyeron que todo estaba a su alcance sin antes intentar paliar tanto porque yo lo valgo.
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Los "animales políticos" de Coalición Canaria



A donde quiera que miro constato el arraigamiento de Coalición Canaria en los pueblos. Hasta cuándo, me pregunto.

Detesto los eufemismos pero echaré mano de este recurso para hacer referencia a la connotación positiva de un pueblo; un pueblo es un pueblo y una ciudad es una ciudad. La otra vertiente sería la connotación negativa de un pueblo, el que se nutre de mucho más de la cantidad diaria recomendada, esto es, el que no se entiende sin su ración diaria y más importante del día: los dimes y diretes, la infamia, la confusión y el intercambio de favores como moneda única. Un pueblo donde la tradición se confunde con la involución política.
Y es precisamente en esta vertiente de pueblo donde Coalición Canaria encuentra su hábitat natural, donde nacen, crecen, se reproducen -pero muy difícilmente mueren- sus “animales políticos”. Esta es una de las tantas razones por las que urge alzar la vista y, desde el sano y legítimo sentimiento de pertenencia a Canarias, avanzar y ver más allá. Coalición Canaria es un lastre para esta comunidad autónoma pero muy especialmente para las localidades que no son ciudades ni grandes capitales porque es ahí donde esta formación política tiene trincadas a familias enteras por los… por los platos donde comen. Esto es lo más bajo de toda la cuestión e ingenua de mí pensaba que esta práctica era cosa pasada, episodios de la política poco dignos de otra época, una época donde todavía están instalados algunos pueblos al cobijo interesado de CC.
En mi opinión, es ahí donde estamos llamados a cambiar esta situación, desde lo más bajo, porque la política es mucho más que un intercambio de favores cutre y pueblerino de intereses personales y transciende en mucho las montañas que colindan nuestro barrio o nuestro pueblo. Hagámoslo saber.

"El desafío mayor que tiene la cultura de la libertad,
de la democracia en nuestro tiempo, viene de los nacionalismos."
Mario Vargas Llosa



"La lucha contra la corrupción
debe servir para fortalecer las instituciones
y no como coartada para desestabilizarlas."

Mariano Rajoy, 1 de Agosto de 2013
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Intenciones que deben concretarse

Si ha habido irregularidades en la financiación tendremos que reconocerlo, explicarlas y pedir perdón a los ciudadanos. No vale con decir que los demás partidos también se han financiado de manera irregular. Ser los primeros en hablar claro nos dará una ventaja moral.

No puede ser que los votantes tengan que pasar vergüenza por ser del PP, del partido de Miguel Ángel Blanco. Tiene que ser una oportunidad para depurar responsabilidades.

No podemos tirar la reputación de honradez con la que nos ganamos la confianza de los españoles. Ahora más que nunca tenemos que ser fieles con nuestros principios. No podemos perder el norte de nuestros ideales.

Si perdemos apoyo por aplicar la austeridad, podremos perder las elecciones, pero tendremos la conciencia tranquila. Lo mismo ocurre con los casos de corrupción. No podemos mirar hacia otro lado. Nos están metiendo en el mismo saco que a socialistas y comunistas de los ERES.

España y los españoles necesitan que el PP esté limpio. Que lo diga y lo demuestre.

Declaraciones de Esperanza Aguirre

Fuente: El Pais

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Próximas generaciones de políticos



Los sondeos que se están conociendo son demoledores para los grandes partidos y evidencian la notoria subida de otras formaciones políticas, cosa sana para la democracia pero que no soluciona el problema de fondo. Parece que se ha instalado el pensamiento de que algo diferente será mejor y no creo que esto tenga que ser necesariamente cierto.

En mi opinión, el verdadero avance lo conoceremos cuando los partidos políticos “de siempre” terminen de reconocer los nuevos signos de los tiempos y esto pasa necesariamente porque las personas que forman los partidos asimilen este hecho: “las cosas siempre se han hecho así” no es una ley científica por mucho que parezca que ha sido comprobada día tras día en el quehacer político de innumerables ayuntamientos, cabildos y todo tipo de organismos públicos e instituciones durante décadas. No es una ley que se cumpla siempre, tan solo hay que probar a ser auténticos.

Pondré un ejemplo que me resulta bastante inspirador. El Papa Francisco no ha dejado de sorprender y romper moldes, no ha cambiado su bandera tan solo ha tenido la valentía de hacer las cosas desde su autenticidad. Todo igual pero todo nuevo, nada igual que antes a partir de ahora. Para pensárselo. Y es que en la sociedad, me parece a mí, necesitamos signos y necesitamos que sean signos visibles. Es en este punto donde sería conveniente que las personas críticas con la política en este país fueran más rápidas apoyando a los jóvenes con inquietudes políticas y más lentas en infravalorarlos o juzgarlos.

La paciencia con los políticos, mejor dicho, la esperanza en los políticos, especialmente las próximas generaciones, es algo incómodo de reclamar, incluso provocativo cuando caen en la cuenta de que no lo dices con ironía.

No estaría de más que cada cual se examinase y reparáramos en la responsabilidad que tiene cada uno en el abandono que históricamente se ha hecho a su suerte de cada político después de depositar nuestro voto en las urnas. Quizás en las redes sociales a día de hoy no sea así pero el analfabetismo político que ha habido hasta ahora en el pueblo es fruto de su propia dejadez en relación a temas políticos que por norma han pasado desapercibidos hasta que un buen día los políticos se convirtieron, de la mano de la corrupción, en una de las principales preocupaciones de los españoles.

Es manifiestamente injusto, por mucho malestar que exista hoy en la opinión pública, etiquetar a las generaciones venideras de políticos. Una cosa es denunciar y perseguir las malas prácticas en la política y otra muy diferente es obstaculizar la política en sí. Sinceramente creo que la actitud de la opinión pública está obstaculizando la esperanza en la política. Antes o después, todos en esto de la política hemos experimentado el desengaño en mayor o menor medida. Pero muchas personas, sobretodo jóvenes, lejos de arraigarnos en ese sentimiento de desilusión y frustración mantienen las ganas y buscan la manera de darle forma y, en ese sentido, se merecen el respeto y la confianza de esta sociedad.

          Apoyo y confianza para todos los que crean que pueden arrimar el hombro en esto de dignificar la política.