El pudor y el
sentido del ridículo son enormes limitadores. Carecer de ellos hace grandes a
las personas y Patricia Hernández va camino de convertirse en ese sentido en
una campeona. Las primarias serán la panacea pero algo no funciona
correctamente si una militante tan poco preparada logra postularse a la
presidencia de una Comunidad Autónoma. Por un lado, da gusto ver gente con
tantas ganas en política. Por otro lado, da cierta vergüenza ajena observar semejante
pobreza dialéctica entre otras carencias cada vez más llamativas. Hay quienes creen
que un político debe saber de todo. En mi opinión, deben ser capaces de ir
estudiando cada asunto. Esta capacidad no la huele esta señora ni de lejos.
Ante su gente
y arropada por Pedro Sánchez (Ldo. en Ciencias Económicas y Empresariales), la
línea que sube, que sube y la línea que baja, que baja fue la argumentación de
sus ideas económicas. La semana pasada ehhhhhhhhhhhh
tuvo lugar la interparlamentaria del PSOE. En las
jornadas estuvo presente ehhhhhhhhhh el
portavoz de los socialistas en el Congreso, Antonio Hernando, además deehhhhhhhh José Miguel Pérez. Patricia
intervino en la apertura pues para ehhhhhh
animar en el trabajo de este proyecto de futuro. Una fluidez y coherencia en la
exposición queehhh recuerdan a un
alumno de la ESO.
Para entender su ascenso hay que acudir a las redes sociales,
donde tiene su potencial voto especialmente joven. Ahí se pueden encontrar
buenos vídeos suyos, es decir, con música y adornos varios para disimular que
no hila con sentido tres ideas consecutivas. Una cosa es cierta: no habla con
una papa en la boca como alguna consejera del Gobierno de Canarias y otros
tantos diputados. La diferencia es que Patricia es -supuestamente- una promesa
política. Savia nueva. Aire fresco. Regeneración. Su color preferido será el
rojo pero la candidata socialista destaca verdaderamente por lo verde que está.
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