Versión extendida de la opinión publicada hoy en Diariodeavisos.
El berrinche
de Juan José Cardona en relación al “caso Padrón” continúa in crescendo. Si
bien la Fiscalía ha archivado el caso, ratifica que el fraude se ha producido. Esta
y no otra es la cuestión y quien ponga en el centro del debate a otro alcalde
que no sea José Manuel Bermúdez estará desviando la mirada por muy relevante
que sea la pluma o destacado el micrófono.
Nadie se queda
callado al recibir un trozo de tarta más pequeño que el que le corresponde. El reclamo
de Cardona es razonable. Estoy convencida de que la reacción de Bermúdez no
hubiese sido demasiado distinta si el que hubiese alcanzado menos fuera su
ayuntamiento. La capital grancanaria podría haber dejado de ingresar 5 millones
de euros desde 1996, no es un mendrugo precisamente.
Fotografía de Fran Pallero. |
Ya se ha dicho
que Bermúdez debía ser un niño cuando ocurrió el copypaste. No se trata de
culpabilizarlo a él, se trata del desdén que muestra, teniendo en cuenta que probablemente
los de su misma casa política a la que hoy representa falsificó el padrón en su
día. La soberbia con la que Bermúdez ha mandado a su homólogo a pedirle
compasión a Rajoy se la puede permitir únicamente porque las posibles
responsabilidades penales han prescrito. En una ausencia total de autocrítica
el alcalde cree que es una buena noticia para la capital tinerfeña el archivo
del caso pese a que se reconoce que hay indicios de delito. Para más inri, el
ayuntamiento le pidió al INE que mantuviera los errores detectados para no
perder financiación en lo que se decidía la solución. La jugarreta les ha
salido bien, Zerolo no nos dejó a cualquiera.
A Bermúdez no
le molesta solo la actitud de Cardona, también lamenta que Sí Se Puede decida
continuar con la vía judicial. En definitiva, a Coalición Canaria le molesta
todo lo que sea denunciar sus prácticas sospechosas.
La compensación que pide el alcalde
grancanario es, sin lugar a dudas, justa. Se podría decir que es como la
homologación en Educación; justa pero económicamente no posible. El alcalde
Cardona tiene que conformarse con quedarse como están y patalea. Bermúdez se
aprovecha de que el consistorio saldrá impune y se pasa de rosca. Este show que
protagonizan los alcaldes de las capitales de Canarias solo aumenta el hastío
de los ciudadanos. La política es mucho más que un derbi. Hagan el favor de
estar a la altura.
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