Images

Prospecciones

¿Pensarán algunos de nosotros que el Sol gira alrededor de la Tierra? ¿Pensarán otros que Canarias es el centro del Universo? ¿Pensarán los catastróficos que una hipotética extracción de petróleo convertirá a Canarias en un agujero negro?
          Soy incapaz de mensurar la infinidad de costas en las que se han hecho prospecciones. Sí intentaré ser capaz de separar la demagogia de mis palabras, un ejercicio heroico en estos días. No hay mayor favor que hablarle a un paisano del vergel de belleza sin par que son nuestras Islas Canarias. Sin embargo, la legítima identidad canaria en tiempos convulsos puede derivar en una exaltación que nos nuble el juicio.
Las extracciones de petróleo son una práctica de la que nos hemos beneficiado como sociedad consumista. Si no nos ha producido ningún repudio cuando han sido realizadas en otros países o continentes, ¿por qué nos produce ahora semejante rechazo la idea de que se puedan producir a 60 kilómetros de aquí? Amo mi tierra pero no le deseo peor suerte a las desconocidas.
          Considero necesario ahondar en el concepto de interés general y bien común. El interés general transciende a los canarios y debe incluir al conjunto de los españoles. Sería deseable que el Gobierno de Canarias comprendiera este hecho pues no parece haber admitido que no se trata de un asunto de su competencia. Basta de decir que las costas canarias se llenarán de piche porque es rotundamente falso que se haya autorizado la extracción de petróleo.  Simplemente se ha autorizado unas prospecciones para conocer si hay o no petróleo y si este puede ser extraído o no. Estas cuestiones suponen un interés general para España y su riqueza. Por otra parte, el bien común trasciende a un gobierno y a una empresa privada. Mientras la mayoría está dándole golpes a los calderos e insultando a José Manuel Soria, no se hacen los suficientes esfuerzos para conocer qué rédito sacará la comunidad autónoma. Sería más inteligente gritar menos y negociar más. 
Otra cuestión no menos importantes es la relacionada con los riesgos.  Cualquier estudio de un sistema mínimamente complejo se realiza en base a probabilidades. Por esta razón no se puede hablar de certezas. Nadie puede garantizar que no ocurra una desgracia pero es una manipulación y una tergiversación poner el énfasis en la existencia de peligros si estos son altamente improbables. Asumir un mínimo riesgo por el bien común no es necesariamente una irresponsabilidad. El Gobierno y Repsol los han de asumir con responsabilidad, como asume usted otros tantos al estar vivo o yo simplemente por escribir.

0 comentarios: